Latest Entries »

martes, agosto 07, 2007

Nacimiento de la Colonia


En febrero de 1889, Hugo Bunge y Pedro Christophersen, ambos residentes en Buenos Aires, adquirieron en sociedad y del Estado paraguayo unas 68.000 hectáreas de tierras, ubicadas en ese entonces en el departamento de Jesús y Trinidad, ahora Itapúa. Estos campos, ricos en bosques y suelo fértil para todo tipo de agricultura, estaban asentados en los límites del municipio de Carmen del Paraná, por lo que eran conocidos como “Campo de Carmen del Paraná”.
La adquisición de estas tierras tenía por objetivo explotar los grandes bosques de la zona y exportar la madera que de allí pudieran extraer a Argentina y Europa. Sin embargo, la sociedad empresarial sufrió una serie de juicios de sucesión, que se iniciaron en 1894 y culminaron en 1910 con la posesión de Pedro Christophersen como único dueño de unas 42.000 hectáreas, convirtiéndose así “Campo de Carmen del Paraná” en “Colonia Fram”.
Ya en 1928 se crea la "Administración de la Colonia Fram" con el propósito de vender las tierras. Como la mayor parte de la población paraguaya carecía de recursos para adquirirlas, se decidió parcelar el latifundio y venderlas a inmigrantes europeos.
Para concretar esa idea, Christophersen firmó un convenio con el Gobierno de Polonia, que tenía su representante consular en Carmen del Paraná. Amparados en el convenio, los inmigrantes polacos se establecieron en el lugar denominado Huacané, y luego en la Calle 3 de la Colonia Fram, donde adquirieron tierras a precios más bajos que otros grupos étnicos, como una concesión especial otorgada por el acuerdo firmado.
En 1935 se integra la “Colonizadora Fram" y cuyos propietarios eran los herederos de Pedro Christophersen. En 1937, esta empresa importa las primeras semillas de trigo de la Argentina, buscando mejorar la rentabilidad y dar utilidad al conocimiento de los inmigrantes en la siembra y cosecha de este producto.
Es así que el primer molino de harina de trigo fue construido al año siguiente por Wladimiro Miska y Juan Krzesina, ambos de origen checo, y funcionó por más de treinta años en la colonia, creando fuentes de trabajo para cientos de inmigrantes.
A partir de la década de los ’40 se conformó un asentamiento conocido como Apere’a, el cual creció con rapidez a raíz de la instalación de un gran aserradero y el surgimiento de olerías, carpinterías y comercios. Hacia 1950, con la llegada de más inmigrantes, esta vez rusos y chinos, se construyeron albergues financiados por la Organizaciones de las Naciones Unidas (ONU). Fue a partir de esta nueva llegada de inmigrantes que se materializó la construcción del centro urbano de la Colonia Fram con la puesta en venta de lotes urbanos.
La década del ’50 significó para la zona una época de significativos cambios. Se fundan la Estación Agrícola Experimental con el fin de obtener mejores variedades de trigo y el primer club deportivo y social del lugar. También se mudan las oficinas de la Colonizadora Fram de Carmen del Paraná a la zona denominada Apere’a y se asientan a su alrededor las primeras 50 familias de colonos. Se crean un puesto policial, un puesto de salud, una escuela de enseñanza media y se abren las oficinas del correo, del Crédito Agrícola y un juzgado.
Así, a partir de 1950 Apere’a se expande y adquiere una importancia económica y política cada vez mayor. Con la apertura de dependencias del Estado y nuevas empresas se requirieron de personas con más alto grado de especialización, lo que atrajo a más colonos y trabajadores a la zona. Este crecimiento también derivó en la idea de que la Colonia Fram debía independizarse administrativamente del distrito de Carmen del Paraná.
Para ello, Diego Christophersen y Mateo Sánchez elaboraron el primer plano del que sería el casco urbano de Apere’a. En 1958 lo presentaron al Congreso Nacional para elevarlo a la categoría de distrito. Tal es así que el 28 de agosto de 1958 Apere’a fue reconocida con el nombre de Pueblo Fram, mediante la Ley N° 379.
Esta independencia fue interpretada por la población como un reconocimiento a las transformaciones determinadas por los inmigrantes, a su actividad económica y al progreso alcanzado.
En 1960 se instala en Fram el servicio telefónico de ANTELCO –ahora COPACO- otorgando así la posibilidad de comunicar a los inmigrantes con sus familiares en cualquier parte del mundo. En 1973 el servicio de energía eléctrica llega también a la comunidad.
En 1985 Fram eleva su categoría a municipio, contando desde entonces con un intendente municipal. El primero fue Nicolás Semeniuk. En 1986 el municipio sufre una gran desmembración territorial, separándose así de la colonia japonesa La Paz.
Con el primer intendente comienzan los trabajos de extensión de tuberías de agua corriente hacia 1988. Posteriormente se empiezan las obras de empedrado de las calles más importantes y la extensión del servicio de energía eléctrica a la zona rural.
Hacia la década de los ’90 se producen logros muy importantes a nivel de obras comunitarias. Se construyen caminos vecinales, con puentes y tubos logrando con ello que el tránsito sea bajo cualquier condición climática. En ese sentido, la mayor conquista fue el asfalto del camino que une a la localidad con la ruta nacional “Mariscal López”, proyecto que se concreta con el apoyo financiero del Gobierno de Japón y que fue inaugurado en 2000.
Para mediado de 2001 se concreta la obra de empedrado e iluminación de la principal arteria de acceso al centro del distrito. Desde entonces se llegaron a asfaltar las calles José Oviedo desde Itapúa hasta la intersección de Mariscal Estigarribia y Guairá; Avenida Mariscal Estigarribia desde Itapúa hasta José Oviedo; y, Christophersen desde su intersección con la Avenida Mariscal Estigarribia hasta Misiones.

1 comentarios:

antonio dijo...

hola hermosa y querida fram
doi gracias por averme amparado en este lugar tan hermoso, tengo tanto rrecuerdos de mi infancia en este lugar hermoso, donde aprendi los primeros pasos de mi vida, donde tuve alegrias inmensa inmolvidable saludo a los que me conocen y al que no me conocem al que me quiere o al que no me quieren. con cariño antoliano ferreira